NaXo\’S Blog

Joaquín Sabina en Telde octubre 6, 2006

El 3 de diciembre del 2005 inauguré la categoría cultura con el post El cielo puede esperar… nosotros no. Aquel no fue el mejor comienzo, ya que lo que anunciaba era la cancelación del concierto de Melendi al que pretendía asistir. Sin embargo, el 18 del mismo mes, el post Sobre Horacios y Curiacios me animaba a mantener la sección activa. Diez meses después y con tan sólo cinco de estos posts catalogados, ya iba siendo hora…

El pasado miércoles 4 Joaquín Sabina, en mi opinión el cantautor con las mejores letras de todo el panoráma nacional, dejaba su huella en el auditorio del Parque de San Juan, Telde, ante la presencia de cerca de 10.000 personas. El artista de Úbeda (Jaén) y todo su equipo hicieron las delicias del público durante las dos horas que duró el concierto. Canciones de sus últimos trabajos combinadas con los temas de siempre, melodías lentas intercaladas con ritmos frenéticos… y como guinda final para cerrar la actuación, una canción que no podía faltar, la preferida de mi madre, 19 días y 500 noches.

En algun momento pudo observarse como Panchito no se encontraba del todo contento con el sonido e incluso me atrevería a decir que el propio Sabina puso cara de descontento en una canción (ahora no recuerdo cual, es lo que pasa por no escribir las crónicas al momento :D). Pero aquello fue un conciertazo en toda regla. La única pega la salida. Cerca de diez minutos estuvimos Patricia y yo envueltos por una marea de gente, que avanzaba como un rebaño en dirección a la única puerta del parque que quedaba abierta…

¡Qué ganas de repetir!

Nota mental: llevar la cámara de fotos al próximo evento nocturno. El K750i sacará fotos de calidad de día, ¡¡pero de noche es una castaña!!

We Will Rock You febrero 27, 2006

El pasado martes salí del curro a todo meter dirección Teatro Cuyás. El musical en homenaje a Queen, We Will Rock You, estaba en la ciudad y nosotros ibamos a verlo, en segunda fila.

En el año 2300 (y pico..) la única música que se escucha en el planeta MALL es la que genera, electrónicamente, una compañia llamada Globalsoft. Los instrumentos han sido prohibidos, los músicos perseguidos y apresados. La juventud es feliz en su ignorancia, pero un joven elegido, el soñador, Galileo, dará vida a la leyenda predicada por los Bohemios, encontrando en la Roca Sagrada los intrumentos que en su día escondieron los reyes del Rock, Queen.

Sobra decir que el musical me encantó. La puesta en escena, el juego de luces, los personajes… desde el protagonista, Juan Dávila, que, por cierto, es gran canario, hasta el malvado Khashoggi (simplemente genial), pasando por la bellísima María Adamuz, que interpretaba con prodigiosa voz a Scaramouche, compañera inseparable de Galileo.

El tiempo pasaba volando al ritmo de las diferentes versiones de las canciones originales de Queen. Los diálogos enlazaban unas con otras dando sentido a la historia y divirtiendo al público con alusiones a canciones de hoy y de siempre y alguna que otra referencia irónica a programas musicales actuales.

En definitiva, una obra que merece la pena ser vista, tanto para los amantes de Queen, que no deben perdérsela bajo ningún concepto, como para cualquiera que disfrute con el teatro, especialmente con los musicales. Si no la has podido ver en directo, ¡te toca esperar a que salga el DVD!

😉

Sobre Horacios y Curiacios diciembre 18, 2005

El fin de semana pasado asistí a esta obra, galardonada como ganadora en los Premios Max del 2005. La verdad es que estos premios a mí no me dicen gran cosa, pero siempre es un valor añadido a la hora de hacerse una idea de la calidad de la obra, sobretodo cuando no se sabe gran cosa de ésta.

Se trata de una transgresora propuesta sobre la visión de la guerra de Bertolt Brecht, plasmada en su segunda obra de igual nombre, en la que, bajo la inspiración surgida en base al movimiento nazi, se reflexiona sobre la impotencia del hombre ante los actos bélicos . En esta ocasión, el maestro argentino de la técnica clown Hernán Gené, adapta dicha obra a una versión humorística y dinámica interpretada por un ejercito de clowns, que, a través de la risa y la carcajada, nos conducen a la meditación sobre la barbarie, la sinrazón y la violencia que acompañan a toda guerra.

Bajo mi punto de vista, modesto en cuestiones de teatro, se trata de una obra más que recomendable. La interpretación de los clowns resulta brillante, dinámica, divertida… y la adaptación de un tema tan sobrio como el tratado por Bertolt Brecht resulta francamente interesante. Una forma de afrontar una realidad tan cruel como la guerra sin que llegue a resultar cruda, pero si sobrecogedora. Sin duda una elección muy acertada.

Salu2!